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Embarazo y crianza


Las hembras entran en celo aproximadamente cada 16 días (por un lapso de 1 a 16 horas) y quedan embarazadas fácilmente.

La edad ideal para que nuestras cobayas se queden embarazadas es a partir de los 7-8 meses y a partir de 600g. mínimo de peso. La membrana vaginal se rompe el día anterior al celo y permanece abierta entre 3-4 días.

Tras el apareamiento se forma un tapón de eyaculado que se desprende al día siguiente.

El embarazo de las cobayas dura una media de 68 días aunque esta media puede ser alterada a causa de la edad de la hembra, el tamaño de ésta, el tamaño de la camada, la alimentación durante el embarazo. Lo habitual es que el embarazo dure entre 65 y 72 días siendo la media de 68 la que se ajusta más a menudo a la realidad.

El movimiento fetal, ocurre aproximadamente entre los días 42-46 de embarazo. Para poder notar el movimiento de los bebés, basta con colocarse a la futura mamá en el regazo mirando hacia el frente, le colocamos las manos encima de la panza (sin presionar) y esperamos. En 1 o 2 minutos, notaremos algún golpecito y ya podremos estar seguros de que en 3-4 semanas tendremos pequeñas miniaturas correteando por nuestras casas.

EL CORTEJO

El cortejo tiene como finalidad la reproducción y para que se lleve a cabo macho y hembra deben estar en celo.

El cortejo se debe a una activación hormonal y a la acción de unos estímulos olfativos que emite la hembra.

Para llamar la atención de la hembra, el macho inicia sus actividades de cortejo ronroneando, moviendo el trasero de un lado a otro y dando vueltas a su alrededor; este comportamiento induce a la activación de las gónadas de la hembra produciendo una respuesta ante el cortejo del macho que hace que él la monte varias veces. Una vez queda embarazada el macho no volverá a montar a la hembra hasta que dé a luz.

SINTOMAS

Detectar si tu cobaya está embarazada no es tarea fácil, ya que por su naturaleza suelen ser barrigonas, aunque hay algunos signos que pueden ayudarte a confirmarlo:

Los primeros síntomas visibles de embarazo se muestran con la forma de pera que va adoptando la cobaya, ensanchando de forma notable las partes laterales de su vientre.

Otro síntoma notable de embarazo son las mamas, conforme va evolucionando el embarazo vemos como se van hinchando y se alargan preparándose para alimentar a las crías.

También puede ser que el carácter de tu peque cambie un poco, se ponga más arisca, no quiera que la cojas y veas que no está tan activa como de costumbre.

Alrededor del mes-mes y medio de embarazo, si todo va bien notaremos el movimiento de las crías. Para ello palparemos suavemente su barriguita.

La mayoría de las hembras preñadas empiezan a beber más agua de lo habitual a partir de la segunda o tercera semana de gestación.
Si sospechas que tu cobaya puede estar embarazada, ve controlando su peso semanalmente, este dato te puede ayudar, aunque a veces la subida de peso se corresponda más con el crecimiento y no con el embarazo.

CUIDADOS

A continuación os detallo algunos puntos básicos con los que podemos ayudar a nuestras hembritas en su período de embarazo:

- Aumentar la ración-raciones de verduras, sobre todo pimiento rojo
- Suplementarlas con Redoxón en gotas (0.2-0.3 ml, día si y día no), a partir de la confirmación del embarazo.
- Que tengan suficiente espacio (una jaula grandecita).
- No agobiarla ni estresarla.
- Si está conviviendo con el macho, no es necesario separarlos al menos que veamos que éste la esté estresando (no suele ser lo habitual). Hasta los 3-4 días antes del parto, para que cuando llegara el momento no le molestara.
- Proporcionarles plátano y pepino en los últimos días de embarazo, al parecer les ayuda a la hora del parto.
- Proporcionarles verduras ricas en calcio (es necesario para la contracción de la musculatura lisa del útero en el momento del parto).


IMPORTANTE:

Controlarle el peso semanalmente, para así poder evitar la temida Toxemia .Cuando se acerque la hora del parto tenemos que tener en cuenta (si tenemos al macho aún con la hembra) que habrá que separarlo ya que nada más parir la hembra tiene el celo post parto y volverá a quedarse preñada si el macho está aún con ella, cosa nada recomendable ya que los partos tan seguidos desgastan mucho y acortan la vida de nuestras cobayas.

Toxemia: Afecta sobre todo a hembras con sobrepeso en su primer o segundo embarazo. Algunas hembras afectadas podrían no mostrar señales de enfermedad y morir de repente.

Síntomas alarmantes:

El primer síntoma es la pérdida de peso en una época en la que realmente deberían engordar (cosa que a veces pasa desapercibida), unido a la falta de ganas de comer y a la apatía. Pero lamentablemente cuando nos damos cuenta suele ser tarde (son más fáciles de detectar durante las últimas 2 semanas de embarazo o la primera semana siguiente al nacimiento).

Otros síntomas a tener en cuenta son:
Salivación, pelaje del cuello de punta, debilidad, inmovilidad, falta de coordinación de movimientos, respiración dificultosa.

Prevención

Como medida preventiva es muy importante no hacer criar a hembras que estén obesas, además de proporcionarle a nuestra futura mama bastante ejercicio y evitar cualquier situación de estrés. No debe faltarle heno y agua fresca, así como que no debemos abusar del pienso. Tendremos que proporcionarle una dieta rica en nutrientes y no debemos olvidarnos de suministrarle Vitamina C y Calcio durante el periodo de gestación.
Debemos proporcionarle plátano y alfalfa desde finales del embarazo hasta al menos la primera semana de lactancia.

Posibles soluciones

Si logramos detectarla a tiempo, podemos intentar solucionarlo administrándole glucosa vía subcutánea (esto deberá hacerlo el veterinario).
Un método "casero" que podemos intentar es hacer una papilla con el pienso, zumo de naranja y una pizca de azúcar. Con esto haremos una "pasta" y se la daremos con la jeringuilla, también podemos darle el agua con un poco de azúcar.
Aunque lamentablemente, es muy difícil lograr sacarlas adelante una vez la sufren.

EL PARTO

Cuando el embarazo se acerca a su fin es hora de comprobar la apertura de los huesos pélvicos. Éstos se empiezan a separar aproximadamente unos 10 días antes del parto aunque sabemos de casos en que se ha producido mucho tiempo antes y otros en los que se han abierto 4 o 5 días antes del parto. Será importante pues, saber dónde y cómo localizamos dicha apertura.

En cuanto a cómo palparlos es sencillo: no es necesario ni coger a la cobaya (estamos hablando de la recta final del embarazo y cuanto menos manipulemos a la voluminosa futura mamá, mejor que mejor), simplemente la inmovilizamos con una de nuestras manos para que no se mueva y pasamos el dedo índice o corazón de la otra mano por debajo de la parte trasera de la cobaya, entre las patas traseras. Con el dedo tocamos por la zona que queda justo por delante de la zona genital (lo que correspondería al pubis en los humanos) y presionando muy ligeramente notaremos un hueso único (en caso de no haber comenzado la separación) o bien dos huesos separados por una apertura mayor o menor en función de la cercanía del parto. Cuando la separación pélvica sea de 1 a 2,5 CMS (varía en función de la cobaya) sólo queda esperar que en 1 a 3 días nazcan los bebés.

A veces, la primera contracción ya provoca la salida de la cabeza de la primera cría aunque en ocasiones hacen falta dos o tres contracciones más pero, si tenéis la suerte de asistir a un parto de cobaya, veréis lo fácil que es todo. Si estáis ahí delante, no hará falta que intervengáis. Hacedlo solamente si veis que, tras nacer alguna de las crías, la madre no la ve o la ignora durante unos segundos, si es así y la cría ha salido envuelta en la bolsa amniótica (suele ser así), sin miedo, con vuestros dedos romped la bolsa amniótica a la altura de la boca de la mini cobayita, esto hará que automáticamente empiece a respirar. Seguramente la madre la verá enseguida y empezará a limpiarla como una histérica hasta que nazca el segundo bebé (si lo hay).

Normalmente pasan unos minutos entre bebé y bebé pero a veces dos bebés nacen seguidos y la madre sólo acude a uno de ellos por lo que nuestra intervención será necesaria para que el otro bebé pueda respirar mientras espera su turno de limpieza. Si veis que al romper la bolsa el bebé no empieza a respirar inmediatamente cogedlo y dadle una pequeña sacudida, suele ser suficiente para hacerlo reaccionar. En un intervalo de 10 a 30 minutos suelen haber nacido todas las crías de la camada y una señal de que no habrá más bebés es que en las últimas contracciones de la madre, ésta expulsa las placentas, una por bebé. La placenta tiene el aspecto de un trozo de carne roja que casi siempre la madre se come por instinto (le ayudará a reponer fuerzas y a eliminar pistas y olores del parto).

Si veis que el parto no progresa o que la madre sufre en exceso y los bebés no nacen, no lo dudéis, llamad a vuestro veterinario porque está en juego la vida de la madre y los bebés.

Afortunadamente, la inmensa mayoría de los nacimientos transcurren sin problemas.

Hay partos con sangre y partos casi limpios por completo pero, en cualquier caso, al cabo de un par de horas, la madre, los hijos y el lugar del parto estarán impolutos gracias al afán que pone la hembra en limpiarlo todo.
LOS BEBÉS

Las pequeñas cobayas con pocas horas de vida ya empiezan a comer alimento sólido igual que su madre, los bebés cobaya deben mamar durante 3 semanas mínimo para asegurarnos de que más tarde tendrán un desarrollo adecuado de sus huesos y de su sistema inmunológico.

Si nuestra cobaya ha tenido una camada muy numerosa (más de cuatro bebés) o algún bebé muy pequeño (los bebés deben pesar al nacer entre 65 y 100 gramos por lo que un bebé de menos de 60 gramos se considera demasiado pequeño y puede resultar complicado que salga adelante por sus propios medios) o, por desgracia, ha muerto tras dar a luz, nos tocará ayudar a los pequeños a salir adelante.

Se les puede ayudar dándole la leche que venden para gatitos o incluso la leche que venden para bebés humanos puede resultar de ayuda para resolver situaciones de este tipo. En los casos de bebés muy pequeños también puede ayudar darles potito de verduras con una jeringuilla (sin aguja, claro). Cuando demos leche, hay que tener cuidado en no introducir la boquilla de la jeringuilla en la boca del bebé (como si inyectáramos la leche en su boca) ya que podemos provocar la asfixia del bebé por entrar leche en sus pulmones. Deberemos poner gotitas en la boca y que el bebé vaya tragando por su cuenta y a su ritmo.

Cuando todo va bien, los bebés mamarán de su madre aproximadamente durante un mes aunque la frecuencia de mamar irá disminuyendo hacia la segunda-tercera semana. Muchos criadores aconsejan separar de la madre a los machos antes de ese plazo ya que no es tan extraño que los bebés machos maduren sexualmente a una edad muy temprana y antes del mes dejen preñada a su propia madre.

Ésta información está obtenida íntegramente de la La Aldea del Sur (http://www.laaldeadelsur.com). 
Agradecimientos.